Todo comenzó una mañana de viernes. Mi profesora Nuria parecía enloquecer.
Había recibido varias llamadas del Campus Natural de excursión de fin de curso. Los boletos + que nuestro colegio había encargado habían sido otorgados a otro centro educativo distinto, si no los teníamos significaba que no habría piscina, ni pistas de tenis, o menos la central deportiva, que contenía los trampolines enormes o la gran pista de baseball.
A mí me desanimó mucho, al igual que a todos mis amigos y compañeros. Nuria no deseaba ese chasco para nosotros.
Entonces hubo un follón con los boletos del plan estándar y el plan + y terminaron cancelando la excursión de fin de curso, lo cual, nos entristeció a todos mucho.
Pero en mayo la excursión se retomó y todos nos alegramos mucho, menos ella.
Nadie supo hasta el día de la excursión lo que le pasaba a la profesora. Ella misma nos lo contó.
-Resulta que me gustaría ir al Museo del Prado en Madrid
-Pero ¿a ti no te gustaba el deporte?
-Sí, ¡PERO TAMBIÉN LAS BROMAS!
Menudo susto nos pegó con la bromita._.
Resulta que esa melancolía era falsa (pero muy bien actuada) y que en realidad estaba actuando hasta ese día para decirnos la verdad.